Qué dice en Eclesiastés 3 1

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El libro de Eclesiastés es uno de los libros de sabiduría y poesía que se encuentra en el Antiguo Testamento de la Biblia. Escrito por el rey Salomón, este libro examina la naturaleza de la vida y busca encontrar un sentido en medio de la vanidad y la temporalidad de las cosas terrenales. Uno de los pasajes más conocidos y citados del libro se encuentra en Eclesiastés 3:1, donde se habla de los tiempos y las estaciones de la vida.

Exploraremos qué dice exactamente Eclesiastés 3:1 y cómo podemos aplicar su mensaje en nuestra vida cotidiana. Analizaremos las diferentes interpretaciones y reflexionaremos sobre la importancia de reconocer y aceptar los cambios y las etapas que experimentamos en nuestra existencia. Además, consideraremos cómo este pasaje puede ofrecer consuelo y esperanza en momentos de dificultad y confusión.

Índice
  1. Eclesiastés 3:1 dice: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora"
  2. Eclesiastés 3:1 enseña que cada cosa tiene su momento adecuado
  3. El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos habla sobre la importancia del tiempo y el momento oportuno
  4. En Eclesiastés 3:1 se nos recuerda que todo en la vida tiene su tiempo y su lugar
  5. El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos invita a reflexionar sobre la temporalidad y la importancia de aprovechar el momento presente
  6. Eclesiastés 3:1 nos enseña que las cosas ocurren en su debido tiempo y no podemos apresurarlas
    1. Eclesiastés 3:1: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace bajo el cielo tiene su hora."
    2. Implicaciones en nuestra vida cotidiana
  7. El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos muestra la sabiduría de reconocer y aceptar que hay momentos para todo en la vida
    1. El tiempo para cada propósito
    2. La importancia de la sabiduría
  8. En Eclesiastés 3:1 se nos insta a vivir conscientes de que cada cosa tiene su propio tiempo y no podemos controlarlo todo
  9. El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos invita a confiar en el plan divino y aceptar que hay un tiempo para cada cosa
  10. Eclesiastés 3:1 nos recuerda que debemos ser pacientes y esperar el momento adecuado para cada situación
  11. Preguntas frecuentes
    1. ¿Qué dice en Eclesiastés 3:1?
    2. ¿Cómo se llama el libro que contiene este versículo?
    3. ¿Quién escribió el libro de Eclesiastés?
    4. ¿Cuál es el mensaje principal de Eclesiastés?

Eclesiastés 3:1 dice: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora"

En este versículo del libro de Eclesiastés, se nos presenta una reflexión profunda sobre el tiempo y la temporalidad de todas las cosas en la vida. El autor nos enseña que todo en este mundo tiene su momento y su hora designada.

Esta afirmación nos invita a reflexionar sobre la importancia de vivir cada etapa de nuestras vidas en el tiempo adecuado. Nos recuerda que no podemos apresurar ni retrasar los eventos que ocurren en nuestras vidas, ya que cada cosa tiene su propio tiempo y propósito.

Es necesario comprender que existen momentos para reír y momentos para llorar, momentos para sembrar y momentos para cosechar, momentos para comenzar y momentos para terminar. Cada uno de estos momentos es esencial para el desarrollo y el crecimiento personal.

Este versículo también nos enseña a aceptar y abrazar la temporalidad de las cosas. Nada en este mundo es permanente, todo tiene un inicio y un fin. Nos insta a valorar y aprovechar cada momento que se nos ha dado, ya que nunca podremos volver atrás en el tiempo.

Eclesiastés 3:1 nos recuerda la importancia de vivir en sintonía con el tiempo y aceptar la temporalidad de las cosas. Nos invita a ser conscientes de que cada cosa tiene su momento y a valorar y aprovechar cada etapa de nuestras vidas. Es una invitación a vivir el presente y a confiar en el plan divino que se desarrolla en el tiempo adecuado.

Eclesiastés 3:1 enseña que cada cosa tiene su momento adecuado

El libro de Eclesiastés es uno de los libros sapienciales del Antiguo Testamento de la Biblia. En este libro, el autor, identificado como el sabio Rey Salomón, reflexiona sobre la naturaleza de la vida y la búsqueda de sentido en medio de la vanidad y la fugacidad de las cosas terrenales.

En el versículo 1 del capítulo 3, encontramos una de las enseñanzas más conocidas del libro: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora". Esta afirmación nos recuerda que cada cosa tiene su momento adecuado en la vida. Es una invitación a reconocer y aceptar la temporalidad y la secuencia de los acontecimientos en nuestra existencia.

Esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre la importancia de vivir en armonía con el tiempo y el propósito divino. Nos anima a comprender que hay momentos para todo: para nacer y morir, para plantar y arrancar lo plantado, para llorar y reír, para buscar y perder, para guardar y desechar, para amar y odiar, para la guerra y la paz.

Esta idea nos ayuda a comprender que no podemos ni debemos controlar cada aspecto de nuestras vidas. Hay situaciones que están más allá de nuestro control y debemos aprender a aceptarlas. A veces, queremos forzar las cosas y adelantar o retrasar situaciones que no están destinadas a suceder en ese momento. La enseñanza de Eclesiastés 3:1 nos recuerda que hay un tiempo para cada cosa y que debemos confiar en el plan de Dios.

Esta enseñanza también nos invita a ser conscientes de la fugacidad de la vida y a aprovechar cada momento. Nos recuerda que nuestra existencia en este mundo es pasajera y que debemos valorar y disfrutar de cada experiencia. Nos insta a ser sabios en la forma en que vivimos nuestras vidas, aprovechando cada oportunidad para hacer el bien y buscar la voluntad de Dios.

Eclesiastés 3:1 nos enseña que cada cosa tiene su momento adecuado en la vida. Nos invita a reconocer y aceptar la temporalidad y secuencia de los acontecimientos, confiando en el plan de Dios. Nos anima a vivir conscientes de la fugacidad de la vida y a aprovechar cada momento para buscar la voluntad de Dios y hacer el bien.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos habla sobre la importancia del tiempo y el momento oportuno

El libro de Eclesiastés, escrito por el rey Salomón, nos presenta una reflexión profunda sobre la naturaleza de la vida y la búsqueda del sentido en medio de la existencia humana. En el versículo 1 del capítulo 3, encontramos un mensaje clave que nos invita a reflexionar sobre la importancia del tiempo y el momento oportuno.

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora."

Esta frase nos recuerda que en la vida hay un tiempo adecuado para cada cosa, y que debemos aprender a reconocerlo y aprovecharlo. El autor nos presenta una visión cíclica del tiempo, donde cada actividad y experiencia tiene su momento específico.

En primer lugar, esta afirmación nos enseña que el tiempo es un recurso limitado y valioso. No podemos controlar ni detener el paso del tiempo, por lo que debemos ser conscientes de su importancia y aprender a administrarlo sabiamente.

Además, esta frase nos invita a reflexionar sobre la importancia de la paciencia y la perseverancia. A veces, queremos que las cosas sucedan de inmediato, pero debemos entender que cada proceso tiene su propio ritmo y que es necesario esperar el momento adecuado para obtener resultados satisfactorios.

Por otro lado, esta afirmación también nos habla de la relevancia de la oportunidad. En la vida, se presentan momentos únicos y especiales que debemos reconocer y aprovechar. Si no estamos atentos, podemos perder oportunidades que no se repetirán.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos invita a reflexionar sobre la importancia del tiempo y el momento oportuno en nuestras vidas. Nos recuerda que debemos ser conscientes de la limitación del tiempo, aprender a ser pacientes y perseverantes, y estar atentos a las oportunidades que se nos presentan. Aprovechar el tiempo de manera adecuada nos ayudará a vivir una vida más plena y significativa.

En Eclesiastés 3:1 se nos recuerda que todo en la vida tiene su tiempo y su lugar

El libro de Eclesiastés es conocido por su profunda reflexión sobre el sentido de la vida y la naturaleza del tiempo. En su tercer capítulo, el versículo 1 nos presenta una de las enseñanzas más importantes de este libro: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora".

Esta afirmación nos invita a reflexionar sobre la importancia de aceptar y comprender que cada cosa en la vida tiene su momento adecuado. A menudo, nos encontramos deseando que las cosas sucedan de inmediato, sin tener en cuenta que todo tiene su proceso y su tiempo específico.

Esta verdad universal nos recuerda que no podemos forzar ni acelerar los eventos de nuestras vidas. Cada experiencia, cada cambio, cada logro y cada desafío tiene su momento y su lugar asignado. Es importante tener paciencia y confiar en que el tiempo correcto llegará.

Para comprender mejor esta enseñanza, podemos analizar el siguiente ejemplo utilizando una lista ordenada:

  1. Nacer: El momento en el que venimos al mundo marca el comienzo de nuestra historia personal.
  2. Morir: Al igual que nacer, la muerte es una parte inevitable de la existencia humana, pero ocurre en su momento adecuado y no podemos evitarlo.
  3. Plantar y arrancar: Hay momentos específicos para sembrar y cosechar, tanto en el campo como en nuestra vida. No podemos esperar obtener resultados sin antes haber sembrado y cuidado adecuadamente.
  4. Matar y sanar: Tanto la violencia como la curación ocurren en momentos específicos, y es importante reconocer y respetar estos procesos.
  5. Demoler y construir: Antes de poder construir algo nuevo, a menudo es necesario destruir lo que ya existe. Este proceso también tiene su tiempo y su lugar.

Estos son solo algunos ejemplos de cómo el tiempo y el lugar son fundamentales en nuestras vidas. Eclesiastés 3:1 nos enseña a apreciar y aceptar que todo tiene su momento oportuno y que no debemos tratar de alterar el curso natural de las cosas. Debemos confiar en que cada evento y cada experiencia llegará en el momento adecuado, y que debemos estar preparados para recibirlo y aprovecharlo al máximo.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos invita a reflexionar sobre la temporalidad y la importancia de aprovechar el momento presente

En Eclesiastés 3:1, encontramos un versículo que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza temporal de la vida y la importancia de aprovechar el momento presente. Este versículo nos dice lo siguiente:

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora."

En primer lugar, podemos notar que el autor reconoce que todo en la vida tiene su tiempo y su hora determinada. Esto implica que cada aspecto de nuestra existencia tiene su propio ritmo y no podemos apresurar o retrasar lo que está destinado a suceder en el momento adecuado.

El versículo nos invita a reflexionar sobre la necesidad de aceptar y adaptarnos a los tiempos de la vida. A menudo nos encontramos luchando contra el flujo natural de las cosas, tratando de controlar y manipular los eventos a nuestro gusto. Sin embargo, este versículo nos recuerda que hay un tiempo para cada cosa y que debemos aprender a confiar en el plan divino.

Además, el versículo nos enseña que todo lo que se quiere debajo del cielo también tiene su hora. Esto implica que nuestros deseos y anhelos también están sujetos a un tiempo determinado. No podemos tener todo lo que queremos en el momento que lo deseamos, sino que debemos esperar pacientemente y confiar en que las cosas sucederán en el momento adecuado.

Este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud hacia el tiempo y a cultivar la paciencia y la confianza en el plan divino. Nos recuerda que cada momento es valioso y que debemos aprovecharlo al máximo, ya que no podemos recuperar el tiempo perdido.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos invita a reflexionar sobre la temporalidad y la importancia de aprovechar el momento presente. Nos enseña a aceptar y adaptarnos a los tiempos de la vida, a confiar en el plan divino y a valorar cada momento que se nos ha dado.

Eclesiastés 3:1 nos enseña que las cosas ocurren en su debido tiempo y no podemos apresurarlas

El libro de Eclesiastés es uno de los libros sapienciales del Antiguo Testamento de la Biblia. Escrito por el rey Salomón, este libro explora la naturaleza de la vida y la búsqueda de la sabiduría. En Eclesiastés 3:1, encontramos un versículo clave que nos enseña una lección importante.

Eclesiastés 3:1: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace bajo el cielo tiene su hora."

Esta simple declaración nos recuerda que todas las cosas ocurren en su debido tiempo. No podemos apresurar ni evitar el curso natural de los eventos. A veces, nos impacientamos y queremos que las cosas sucedan más rápido de lo que deberían. Sin embargo, este versículo nos aclara que hay un tiempo adecuado para cada cosa.

La palabra "todo" en este versículo es universal, lo que significa que se aplica a todas las áreas de nuestra vida. Ya sea que estemos hablando de trabajo, relaciones, proyectos o cualquier otra cosa, cada aspecto tiene su tiempo y hora específica. Esto nos enseña a ser pacientes y confiar en el plan de Dios.

La segunda parte del versículo nos dice que "todo lo que se hace bajo el cielo tiene su hora". Esto significa que incluso las acciones que realizamos están sujetas a un tiempo determinado. No importa cuán diligentes seamos en nuestras tareas, no podemos evitar el tiempo que se requiere para llevarlas a cabo correctamente.

Implicaciones en nuestra vida cotidiana

Este versículo tiene muchas implicaciones en nuestra vida cotidiana. Nos recuerda que no podemos controlar todo y que hay momentos en los que simplemente debemos esperar. A veces, nos encontramos en situaciones en las que queremos ver resultados inmediatos, pero este versículo nos enseña a confiar en que las cosas sucederán en el momento adecuado.

También nos ayuda a ser más pacientes con los demás. A menudo, esperamos que las personas cambien o actúen de cierta manera, pero este versículo nos recuerda que cada persona tiene su propio tiempo para crecer y desarrollarse. No podemos forzar a nadie a cambiar o a comportarse de la forma que queremos.

Eclesiastés 3:1 nos enseña una valiosa lección sobre la importancia del tiempo y la paciencia. Nos insta a confiar en el plan de Dios y a esperar el momento adecuado para que las cosas ocurran. A medida que aplicamos esta enseñanza en nuestra vida cotidiana, encontraremos paz y serenidad al aceptar que no podemos controlarlo todo.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos muestra la sabiduría de reconocer y aceptar que hay momentos para todo en la vida

El libro de Eclesiastés es un libro sabio y profundo que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la vida y el propósito de nuestra existencia. En el versículo 1 del capítulo 3, encontramos una declaración poderosa que nos enseña una lección invaluable.

El tiempo para cada propósito

En este versículo, el autor nos dice que "hay tiempo para todo, y un tiempo para cada cosa bajo el cielo". Esta afirmación nos recuerda que la vida está compuesta por una serie de momentos y experiencias, y que cada uno de ellos tiene su tiempo y propósito específico.

Es importante entender que esta enseñanza no significa que debemos vivir nuestra vida de manera pasiva, esperando que las cosas sucedan según su tiempo designado. Más bien, nos invita a ser conscientes del tiempo y a reconocer que hay momentos para sembrar y momentos para cosechar, momentos para llorar y momentos para reír, momentos para abrazar y momentos para soltar.

Esta sabiduría nos anima a vivir en armonía con el tiempo y a aprovechar cada momento de nuestra vida de la mejor manera posible. Nos enseña que no debemos aferrarnos a las cosas que ya no son relevantes o útiles en nuestras vidas, sino que debemos dejarlas ir y abrirnos a nuevas oportunidades y experiencias.

La importancia de la sabiduría

El hecho de que el autor de Eclesiastés nos presente esta enseñanza como una afirmación de sabiduría muestra la importancia de entender y aceptar la naturaleza cíclica de la vida. Al reconocer que todo tiene su tiempo y propósito, somos capaces de encontrar paz y equilibrio en medio de los cambios y desafíos que enfrentamos.

La sabiduría nos ayuda a tomar decisiones informadas y a vivir de acuerdo a los valores y principios que consideramos importantes. Nos permite discernir cuándo es el momento adecuado para actuar y cuándo es mejor esperar. Nos enseña a valorar y apreciar cada etapa de nuestra vida, ya sea buena o difícil, sabiendo que cada una tiene su propósito en nuestro crecimiento y desarrollo personal.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos recuerda la importancia de reconocer y aceptar que hay momentos para todo en la vida. Nos invita a vivir en armonía con el tiempo y a aprovechar cada momento de la mejor manera posible. Nos enseña la importancia de la sabiduría para tomar decisiones informadas y vivir de acuerdo a nuestros valores y principios. Es una lección valiosa que nos ayuda a encontrar equilibrio y paz en medio de los cambios y desafíos de la vida.

En Eclesiastés 3:1 se nos insta a vivir conscientes de que cada cosa tiene su propio tiempo y no podemos controlarlo todo

El libro de Eclesiastés es uno de los libros sapienciales del Antiguo Testamento que nos brinda valiosas enseñanzas sobre la vida y la sabiduría. En su tercer capítulo, específicamente en el versículo 1, encontramos una frase que nos invita a reflexionar sobre la importancia de reconocer que todo tiene su propio tiempo.

La frase comienza diciendo: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora". Esta afirmación nos recuerda que cada aspecto de nuestra vida tiene su propio momento y que no podemos forzar las cosas a suceder en el momento que deseamos. Debemos aprender a ser pacientes y confiar en el plan de Dios.

Esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre la importancia de vivir en armonía con el tiempo divino. A menudo, nos encontramos ansiosos por alcanzar ciertos logros o experimentar determinadas situaciones en nuestra vida. Sin embargo, el versículo nos recuerda que todo tiene su tiempo designado y no podemos apresurarlo.

La vida está llena de diferentes momentos y etapas. Algunas veces, estamos en momentos de alegría y prosperidad, mientras que en otras ocasiones, atravesamos tiempos de dificultad y adversidad. Reconocer que cada cosa tiene su propio tiempo nos ayuda a aceptar y apreciar cada etapa de nuestra vida, sabiendo que forma parte de un propósito más grande.

El autor de Eclesiastés continúa en el versículo 2, enumerando una serie de contrastes que refuerzan la idea de que todo tiene su tiempo adecuado. Nos dice: "tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado". Esta lista nos muestra que hay momentos para cada evento y que no podemos alterar el orden establecido.

El mensaje de este versículo nos invita a confiar en la soberanía de Dios y a vivir en armonía con su plan perfecto para nuestras vidas. A veces, podemos sentirnos frustrados o impacientes cuando las cosas no suceden según nuestros deseos, pero Eclesiastés nos recuerda que hay un tiempo para todo y que debemos confiar en que Dios tiene el control.

Eclesiastés 3:1 nos enseña la importancia de vivir en armonía con el tiempo divino. Nos recuerda que cada cosa tiene su propio momento y que no podemos controlarlo todo. Aceptemos y apreciemos cada etapa de nuestra vida, confiando en que Dios tiene un propósito perfecto para nosotros.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos invita a confiar en el plan divino y aceptar que hay un tiempo para cada cosa

En el libro de Eclesiastés, capítulo 3, versículo 1, encontramos un poderoso mensaje que nos invita a reflexionar sobre la importancia del tiempo y cómo este afecta nuestras vidas. Este versículo nos enseña que "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora".

Estas palabras nos recuerdan que cada aspecto de nuestra existencia está sujeto a un cronograma divino. A veces, nos resulta difícil aceptar que no podemos controlar completamente nuestro destino, pero este versículo nos anima a confiar en el plan de Dios y a reconocer que todo ocurre en su tiempo perfecto.

La frase "todo tiene su tiempo" nos indica que hay momentos adecuados para cada actividad, experiencia o situación que enfrentamos en la vida. Ya sea que estemos experimentando alegría o tristeza, éxito o fracaso, debemos recordar que hay un tiempo designado para cada emoción y circunstancia.

Este versículo también nos enseña que "todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora". Esta afirmación nos recuerda que nuestras aspiraciones y deseos también están sujetos al tiempo divino. A veces, podemos desesperarnos cuando nuestros sueños no se cumplen de inmediato, pero debemos recordar que hay una temporada adecuada para cada uno de nuestros anhelos.

El versículo 1 de Eclesiastés 3 nos insta a confiar en el plan de Dios y a aceptar que hay un tiempo para cada cosa. Nos recuerda que nuestras vidas están en manos de un Dios amoroso y sabio que tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros. A medida que reflexionamos sobre estas palabras, podemos encontrar consuelo y paz en medio de los tiempos de espera y dificultad, confiando en que todo ocurrirá según el tiempo divino.

Eclesiastés 3:1 nos recuerda que debemos ser pacientes y esperar el momento adecuado para cada situación

En Eclesiastés 3:1 se encuentra uno de los versículos más conocidos y citados de todo el libro. Este versículo nos habla sobre la importancia de la paciencia y de esperar el momento adecuado para cada situación en nuestras vidas.

El versículo comienza diciendo: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora". Esta afirmación nos muestra que cada cosa en la vida tiene su momento preciso para suceder. No podemos apresurarnos ni desesperarnos, sino que debemos confiar en que todo ocurrirá en el momento perfecto.

En un mundo lleno de prisas y exigencias, es fácil caer en la impaciencia y querer que las cosas sucedan de inmediato. Sin embargo, el Eclesiastés nos insta a tener paciencia y esperar con confianza en que todo se dará en el tiempo oportuno.

El versículo continúa diciendo: "hay tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado". Esta frase nos muestra que en la vida hay momentos para todo. Hay momentos de inicio y de finalización, momentos de siembra y de cosecha. Cada actividad tiene su propio tiempo y debemos reconocerlo y actuar en consecuencia.

Este recordatorio nos ayuda a reflexionar sobre nuestras propias vidas. A veces, queremos adelantarnos a lo que está por venir o aferrarnos a lo que ya ha pasado. Pero, según Eclesiastés 3:1, es necesario aceptar que hay un tiempo para cada cosa y confiar en que todo sucederá en el momento adecuado.

Eclesiastés 3:1 nos enseña la importancia de la paciencia y de esperar el momento adecuado para cada situación en nuestras vidas. Debemos reconocer que todo tiene su tiempo y confiar en que todo sucederá en el momento preciso. Así, podremos vivir con mayor serenidad y armonía, sabiendo que estamos siguiendo el ritmo natural de la vida.

Preguntas frecuentes

¿Qué dice en Eclesiastés 3:1?

En Eclesiastés 3:1 se dice: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora".

¿Cómo se llama el libro que contiene este versículo?

El libro se llama Eclesiastés.

¿Quién escribió el libro de Eclesiastés?

El libro de Eclesiastés fue escrito por el rey Salomón.

¿Cuál es el mensaje principal de Eclesiastés?

El mensaje principal es que todo en la vida tiene su tiempo y que debemos disfrutar de cada etapa sin preocuparnos por lo que vendrá después.

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Alonso Barrios

Me considero un curioso de las profundas tradiciones que rodean el adiós a nuestros seres queridos. Mi enfoque se centra en descubrir la riqueza de los rituales y simbolismos presentes en estos momentos de reflexión y luto. A través de este espacio, aspiro a compartir conocimientos y vivencias que contribuyan a comprender el significado subyacente de las ceremonias funerarias.

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