Por qué debo diezmar y ofrendar
En muchas religiones y organizaciones espirituales, el diezmo y la ofrenda son prácticas comunes que consisten en dar una parte de los ingresos a la comunidad o a una causa específica. Estas prácticas se basan en la creencia de que al dar, se reciben bendiciones y se promueve el bienestar propio y de los demás.
Exploraremos las razones por las cuales es importante diezmar y ofrendar, desde una perspectiva espiritual y práctica. Analizaremos cómo estas prácticas pueden generar beneficios tanto para el individuo como para la comunidad, y cómo pueden ser una forma de expresar gratitud y generosidad. También discutiremos algunas de las críticas y controversias que rodean a estas prácticas, y cómo se pueden abordar desde una perspectiva consciente y responsable.
- Porque es un mandato bíblico que nos enseña a ser generosos y a confiar en Dios
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos reconociendo que todo lo que tenemos viene de Dios
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos contribuyendo al sostenimiento de la obra de Dios en la iglesia
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos invirtiendo en el reino de Dios y en la expansión del evangelio
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos demostrando nuestra obediencia y compromiso con Dios
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos sembrando semillas de bendición en nuestra vida y en la vida de otros
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos participando en la provisión divina y en el flujo de prosperidad de Dios
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos cultivando una mentalidad de abundancia y confianza en Dios
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos siendo fieles administradores de los recursos que Dios nos ha dado
- Porque al diezmar y ofrendar, estamos honrando a Dios y siendo parte activa de su plan para bendecir a otros
Porque es un mandato bíblico que nos enseña a ser generosos y a confiar en Dios
El diezmo y la ofrenda son prácticas que han sido establecidas en la Biblia y que nos enseñan importantes principios sobre generosidad y confianza en Dios. A través de estas prácticas, podemos demostrar nuestra gratitud hacia Dios por todas las bendiciones que nos ha dado y también contribuir al sostenimiento de la obra de Dios en la tierra.
El diezmo se refiere a la décima parte de nuestros ingresos que debemos apartar para Dios. Este mandato se encuentra en el Antiguo Testamento, en el libro de Malaquías 3:10, donde Dios nos desafía a ponerlo a prueba al decir: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde".
Es importante destacar que el diezmo no es un impuesto obligatorio, sino una oportunidad para confiar en Dios y experimentar su provisión abundante. Al apartar la décima parte de nuestros ingresos, estamos reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios y que él es nuestro proveedor fiel.
Por otro lado, la ofrenda es una contribución voluntaria que hacemos por encima del diezmo. Puede ser en forma de dinero, tiempo, talentos o recursos materiales. A través de la ofrenda, podemos participar activamente en la obra de Dios y bendecir a otros.
La Biblia nos enseña que Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:7) y que aquellos que siembran generosamente también cosecharán generosamente (2 Corintios 9:6). Al diezmar y ofrendar, estamos sembrando en el Reino de Dios y confiando en su provisión. Además, estamos siendo agentes de cambio en el mundo, ya que nuestras ofrendas contribuyen al avance del evangelio, al apoyo de ministerios de ayuda a los necesitados y al fortalecimiento de la iglesia local.
El diezmo y la ofrenda son prácticas que nos enseñan a ser generosos y a confiar en Dios. Al practicar estas enseñanzas bíblicas, estamos reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios y que él es nuestro proveedor fiel. Además, estamos participando activamente en la obra de Dios y bendiciendo a otros. Así que, ¿por qué debemos diezmar y ofrendar? Porque es un mandato bíblico que nos invita a ser generosos y a confiar en Dios.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos reconociendo que todo lo que tenemos viene de Dios
Diezmar y ofrendar son prácticas que tienen sus raíces en la Biblia y forman parte de la vida de todo creyente. Estas acciones no se basan simplemente en cumplir una obligación religiosa, sino que tienen un significado mucho más profundo.
Cuando diezmamos y ofrendamos, estamos reconociendo que todo lo que tenemos viene de Dios. La Biblia nos enseña que Dios es el dueño de todo, y nosotros somos administradores de sus bendiciones. Al dar una parte de nuestros ingresos, estamos expresando gratitud por todo lo que Él nos ha dado y reconocemos que dependemos de su provisión constante.
Además, diezmar y ofrendar son actos de obediencia a Dios. En el libro de Malaquías, Dios le dice a su pueblo: "Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde" (Malaquías 3:10). Dios nos anima a probarlo, a confiar en su promesa de bendición cuando le damos lo que le pertenece.
Además, diezmar y ofrendar nos ayudan a mantener nuestras prioridades en orden. En medio de las preocupaciones y el afán por el dinero, estas prácticas nos recuerdan que nuestro enfoque debe estar en Dios y en su reino. Jesús dijo: "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde la polilla y el óxido no destruyen, y donde los ladrones no se meten a robar" (Mateo 6:19-20). Al diezmar y ofrendar, estamos invirtiendo en el reino de Dios, almacenando tesoros eternos.
Diezmar y ofrendar son prácticas que nos ayudan a recordar que todo lo que tenemos viene de Dios, son actos de obediencia a su Palabra y nos ayudan a mantener nuestras prioridades en orden. Al hacerlo, experimentamos su bendición y confiamos en su provisión constante. Así que, ¿por qué debemos diezmar y ofrendar? Porque es una forma de adorar a Dios y vivir en obediencia a su voluntad.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos contribuyendo al sostenimiento de la obra de Dios en la iglesia
El diezmo y la ofrenda son dos conceptos fundamentales en la práctica de la fe cristiana. A través de estas prácticas, los creyentes contribuyen económicamente al sostenimiento de la obra de Dios en la iglesia y en la comunidad.
El diezmo es una enseñanza bíblica que se remonta al Antiguo Testamento, donde se establece que los creyentes deben apartar y entregar el 10% de sus ingresos al Señor. Esta práctica tiene como objetivo principal reconocer que todo lo que tenemos proviene de Dios y que debemos honrarlo y confiar en su provisión.
Por otro lado, la ofrenda es una contribución voluntaria que va más allá del diezmo. A través de la ofrenda, los creyentes pueden expresar su gratitud y generosidad hacia Dios y su obra. Puede ser una cantidad específica de dinero o cualquier otro tipo de recurso que se done con un corazón alegre y dispuesto.
Es importante destacar que el diezmo y la ofrenda no son una obligación impuesta por la iglesia, sino una respuesta de amor y gratitud hacia Dios. Al colaborar económicamente, estamos participando activamente en la expansión del evangelio y en el cuidado de los necesitados.
Beneficios de diezmar y ofrendar
Diezmar y ofrendar no solo es una forma de honrar a Dios, sino que también trae consigo numerosos beneficios para los creyentes.
- Bendición económica: La Biblia promete que aquellos que diezman y ofrendan recibirán bendiciones económicas en abundancia. Dios es fiel a su palabra y proveerá para todas nuestras necesidades.
- Fortalecimiento de la fe: Al confiar en Dios con nuestras finanzas, estamos fortaleciendo nuestra relación con Él y nuestra dependencia de su provisión. Esto fortalece nuestra fe y nos acerca más a su corazón.
- Participación en la obra de Dios: Al contribuir económicamente, estamos participando activamente en la expansión del reino de Dios. Estamos siendo parte de la transformación de vidas y del alcance de más personas con el mensaje del evangelio.
- Bendición espiritual: El acto de diezmar y ofrendar nos acerca más a Dios y nos permite experimentar su amor y su provisión de una manera más profunda. Esto nos trae paz, gozo y satisfacción espiritual.
El diezmar y ofrendar es una práctica esencial en la vida del creyente. A través de estas acciones, estamos contribuyendo al sostenimiento de la obra de Dios en la iglesia y en la comunidad, y recibiendo a su vez numerosos beneficios espirituales y materiales. No se trata solo de una obligación, sino de una oportunidad de crecimiento y bendición en nuestra vida de fe.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos invirtiendo en el reino de Dios y en la expansión del evangelio
Diezmar y ofrendar son prácticas que tienen un propósito fundamental en la vida del creyente. Al hacerlo, estamos invirtiendo en el reino de Dios y en la expansión del evangelio.
El diezmo es una contribución del 10% de nuestros ingresos, que entregamos a la iglesia local. Esta práctica tiene sus raíces en la Biblia, donde se menciona en el Antiguo Testamento y también en el Nuevo Testamento. En Malaquías 3:10, Dios nos desafía a traer todo el diezmo a la casa del tesoro, para que haya alimento en su casa. Y en 2 Corintios 9:7, se nos anima a dar según nuestro corazón y no de manera forzada, porque Dios ama al dador alegre.
El ofrendar, por otro lado, es una contribución adicional que hacemos voluntariamente, más allá del diezmo. Puede ser una cantidad fija o variable, y su propósito es apoyar diferentes ministerios, proyectos y necesidades que la iglesia pueda tener.
Beneficios de diezmar y ofrendar
1. Obediencia a Dios: Diezmar y ofrendar es una forma de obedecer los mandamientos de Dios. La Biblia nos enseña que todo lo que tenemos proviene de Dios y que él nos llama a ser buenos administradores de sus bendiciones. Al diezmar y ofrendar, estamos demostrando obediencia y gratitud hacia Dios.
2. Bendición en nuestras finanzas: La Biblia nos promete que Dios bendecirá a aquellos que le honran con sus diezmos y ofrendas. En Malaquías 3:10, Dios dice que abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendición sobre aquellos que le obedecen en este aspecto. Al diezmar y ofrendar, estamos sembrando en el reino de Dios y podemos esperar una cosecha abundante en nuestras finanzas.
3. Participación en la obra de Dios: Al diezmar y ofrendar, estamos invirtiendo en la expansión del evangelio y en el cumplimiento de la Gran Comisión. Nuestros recursos financieros son utilizados para mantener el funcionamiento de la iglesia, apoyar a misioneros, evangelizar, ayudar a los necesitados y realizar obras de misericordia. Al hacerlo, estamos desempeñando un papel activo en la extensión del reino de Dios en la tierra.
Diezmar y ofrendar son prácticas que nos permiten invertir en el reino de Dios y en la expansión del evangelio. Al hacerlo, estamos demostrando obediencia a Dios, abriendo la puerta a su bendición en nuestras finanzas y participando activamente en la obra de Dios en la tierra. Así que, animémonos a diezmar y ofrendar con alegría y generosidad, confiando en que Dios honrará nuestra obediencia y multiplicará nuestras semillas sembradas en su reino.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos demostrando nuestra obediencia y compromiso con Dios
Diezmar y ofrendar son prácticas fundamentales en la vida de todo creyente. Estas acciones nos permiten honrar a Dios y demostrar nuestra obediencia y compromiso con Él.
El diezmo es una forma de devolver a Dios una décima parte de nuestros ingresos. Esta enseñanza se encuentra en la Biblia, donde Dios nos exhorta a traer nuestros diezmos a su casa. Al hacerlo, reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Él y que confiamos en Él como nuestro proveedor.
La ofrenda, por su parte, es una contribución voluntaria que hacemos por encima del diezmo. Esta práctica nos permite bendecir a otros y apoyar la obra de Dios en la iglesia y en la comunidad. Al ofrendar, demostramos generosidad y gratitud hacia Dios por todo lo que nos ha dado.
Además de ser una expresión de obediencia y compromiso, diezmar y ofrendar también nos permiten experimentar las bendiciones de Dios en nuestras vidas. La Biblia nos enseña que cuando obedecemos sus mandamientos, Él derrama bendiciones sobre nosotros y nos provee de todo lo que necesitamos.
Diezmar y ofrendar también nos ayudan a desarrollar un corazón generoso y desprendido. Al sacrificar una parte de nuestros ingresos, aprendemos a confiar en Dios y a depender de Él en todas las áreas de nuestra vida.
Diezmar y ofrendar son prácticas vitales para todo creyente. A través de ellas demostramos nuestra obediencia y compromiso con Dios, experimentamos sus bendiciones y desarrollamos un corazón generoso. No se trata solo de una obligación, sino de un acto de amor y gratitud hacia nuestro Señor.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos sembrando semillas de bendición en nuestra vida y en la vida de otros
Diezmar y ofrendar es una práctica que nos enseña la Biblia y que nos invita a sembrar semillas de bendición en nuestra vida y en la vida de otros. Al hacerlo, estamos reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios y que Él es nuestro proveedor.
La primera razón por la cual debemos diezmar y ofrendar es porque es un acto de obediencia y gratitud hacia Dios. La Biblia nos enseña en Malaquías 3:10: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde". Al diezmar, estamos obedeciendo el mandato de Dios y demostrando nuestra gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros.
Además, diezmar y ofrendar nos permite participar en la obra de Dios en la tierra. Es a través de nuestras ofrendas que podemos apoyar ministerios, misiones y obras de caridad que ayudan a los más necesitados. En 2 Corintios 9:7 leemos: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre". Al ofrendar, estamos sembrando en el Reino de Dios y contribuyendo a hacer una diferencia en la vida de otros.
Otra razón por la cual debemos diezmar y ofrendar es porque es una forma de poner nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor. En Mateo 6:33 Jesús nos enseña: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Al diezmar y ofrendar, estamos demostrando que confiamos en Dios para suplir todas nuestras necesidades y que estamos dispuestos a ponerlo a Él en primer lugar en nuestras finanzas.
Diezmar y ofrendar es una forma de sembrar semillas de bendición en nuestra vida y en la vida de otros. Es un acto de obediencia y gratitud hacia Dios, nos permite participar en la obra de Dios en la tierra y nos ayuda a poner nuestra confianza en Él como nuestro proveedor. Así que, si aún no lo estás haciendo, te animo a empezar a diezmar y ofrendar y experimentar las bendiciones que Dios tiene preparadas para ti.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos participando en la provisión divina y en el flujo de prosperidad de Dios
Diezmar y ofrendar son prácticas fundamentales dentro de la vida cristiana. A través de ellas, los creyentes tienen la oportunidad de participar activamente en la provisión divina y en el flujo de prosperidad que Dios ha establecido para sus hijos.
El diezmo, que consiste en dar el 10% de nuestros ingresos a la obra del Señor, es un acto de obediencia y reconocimiento de que todas nuestras posesiones y recursos provienen de Dios. Es una manera de honrarlo y de demostrarle nuestra gratitud por su fidelidad y bondad para con nosotros.
Al diezmar, estamos poniendo a Dios en primer lugar en nuestras finanzas y confiando en su promesa de suplir todas nuestras necesidades. Es un acto de fe que nos permite experimentar la bendición de ver cómo Dios multiplica lo que tenemos y nos provee en abundancia.
Por otro lado, la ofrenda es una expresión de generosidad y amor hacia Dios y hacia su obra. A diferencia del diezmo, la ofrenda no tiene un porcentaje fijo, sino que es un regalo voluntario que damos según nuestra capacidad y disposición de corazón.
Al ofrendar, estamos sembrando en el reino de Dios y contribuyendo a la expansión del evangelio. Estamos invirtiendo en la obra de Dios y en el bienestar de su pueblo. Además, la ofrenda nos permite recibir una multiplicación de bendiciones y abrir las puertas a la provisión divina en todas las áreas de nuestra vida.
Es importante destacar que tanto el diezmo como la ofrenda deben ser dados de manera voluntaria y con alegría, no por obligación o por presión externa. Dios ama al dador alegre y generoso, y promete bendecir abundantemente a aquellos que siembran con fe y obediencia.
El diezmar y ofrendar son prácticas esenciales para todo creyente que desea experimentar la provisión divina y participar en el flujo de prosperidad que Dios tiene preparado. Al hacerlo, estamos poniendo a Dios en primer lugar en nuestras finanzas, sembrando en su reino y abriendo las puertas a su bendición en todas las áreas de nuestra vida. ¡Dios es fiel y digno de confianza!
Porque al diezmar y ofrendar, estamos cultivando una mentalidad de abundancia y confianza en Dios
Diezmar y ofrendar son prácticas comunes en las iglesias cristianas. Sin embargo, muchas personas se preguntan por qué deben hacerlo. La verdad es que el diezmo y la ofrenda no son simplemente una obligación religiosa, sino que tienen un propósito mucho más profundo.
Al diezmar y ofrendar, estamos cultivando una mentalidad de abundancia y confianza en Dios. Estamos reconociendo que todo lo que tenemos nos ha sido dado por Dios y que Él es el dueño de todo. Al entregar una parte de nuestros ingresos a la iglesia o a obras de caridad, estamos demostrando nuestra gratitud y dependencia de Dios.
El diezmo, que es dar el 10% de nuestros ingresos, es un símbolo de nuestra obediencia y fidelidad a Dios. En la Biblia, en el libro de Malaquías, Dios desafía a su pueblo a traer el diezmo al alfolí y promete bendiciones abundantes si lo hacen. Esto no significa que diezmar nos garantice riquezas materiales, pero sí nos permite experimentar la provisión y el cuidado de Dios en nuestras vidas.
Por otro lado, la ofrenda es una oportunidad para dar de manera voluntaria y generosa por encima del diezmo. Es una forma de expresar nuestro amor a Dios y nuestro compromiso con su obra en el mundo. Al ofrendar, estamos apoyando a la iglesia local y a proyectos misioneros, ayudando a llevar el mensaje del evangelio a otros lugares y supliendo necesidades de personas en situación de vulnerabilidad.
Además, diezmar y ofrendar nos ayuda a mantener nuestra perspectiva en el lugar correcto. En un mundo obsesionado con el dinero y el materialismo, estas prácticas nos recuerdan que nuestra verdadera riqueza está en Dios y en su amor. Nos ayudan a no aferrarnos a las posesiones terrenales, sino a confiar en la provisión divina y a ser generosos con los demás.
Diezmar y ofrendar son mucho más que simples prácticas religiosas. Son una forma de cultivar una mentalidad de abundancia y confianza en Dios, de reconocer su soberanía sobre nuestras vidas y de expresar nuestra gratitud y amor hacia Él. Al practicar el diezmo y la ofrenda, estamos invirtiendo en el Reino de Dios y siendo parte activa de su obra en el mundo.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos siendo fieles administradores de los recursos que Dios nos ha dado
El diezmar y ofrendar es una práctica común dentro de muchas religiones y creencias espirituales. Aunque puede ser visto como una obligación o un deber, en realidad es mucho más que eso. Al diezmar y ofrendar, estamos reconociendo que todo lo que tenemos nos ha sido dado por Dios y estamos devolviéndole una parte como una forma de agradecimiento y fidelidad.
La Biblia nos enseña que todo lo que tenemos proviene de Dios y que somos meros administradores de sus recursos. En el libro de Malaquías, Dios reta a su pueblo a traer el diezmo al alfolí y a ofrendar de manera generosa, prometiendo bendiciones y provisión en abundancia:
“Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”.
Al diezmar y ofrendar, estamos demostrando nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor. Estamos diciendo: "Señor, reconozco que todo lo que tengo proviene de ti y confío en que tú suplirás todas mis necesidades". Es una forma de poner nuestra fe en acción y de mostrar gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros.
Además, el diezmar y ofrendar nos ayuda a mantener nuestras prioridades en orden. En un mundo donde el dinero y los bienes materiales pueden convertirse en ídolos, el acto de dar nos recuerda que nuestro verdadero tesoro está en el cielo. Jesús nos enseñó en Mateo 6:21 que "donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón". Al invertir nuestros recursos en el reino de Dios, estamos poniendo nuestro corazón en las cosas eternas.
Por último, el diezmar y ofrendar es una forma tangible de participar en la obra de Dios en la tierra. A través de nuestras ofrendas, podemos apoyar a iglesias, ministerios y organizaciones que están compartiendo el amor de Cristo y haciendo una diferencia en el mundo. Estamos contribuyendo a la expansión del reino de Dios y al bienestar de nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
El diezmar y ofrendar es una expresión de nuestra fidelidad a Dios y una forma de poner en práctica los principios bíblicos de mayordomía y generosidad. Al hacerlo, estamos reconociendo a Dios como nuestro proveedor, manteniendo nuestras prioridades en orden y participando activamente en su obra en la tierra. Así que, ¿por qué debemos diezmar y ofrendar? Porque al hacerlo, estamos siendo fieles administradores de los recursos que Dios nos ha dado.
Porque al diezmar y ofrendar, estamos honrando a Dios y siendo parte activa de su plan para bendecir a otros
El diezmar y ofrendar son prácticas comunes en muchas tradiciones religiosas. Aunque algunos puedan considerar estas prácticas como meras obligaciones religiosas, la verdad es que diezmar y ofrendar van más allá de cumplir un mandamiento, son una forma de honrar a Dios y ser parte activa de su plan para bendecir a otros.
Cuando diezmamos, estamos reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios. El diezmo representa el 10% de nuestros ingresos y es una forma de devolver a Dios lo que es suyo. Al hacerlo, estamos demostrando nuestra gratitud por su provisión constante en nuestras vidas.
Además, el diezmo es una forma de mostrar nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor. Al entregar el 10% de nuestros ingresos, estamos reconociendo que confiamos en que Dios suplirá todas nuestras necesidades y que Él es fiel para cumplir sus promesas.
Por otro lado, la ofrenda va más allá del diezmo. La ofrenda es una contribución voluntaria adicional que hacemos para apoyar la obra de Dios en la iglesia y en la comunidad. A través de nuestras ofrendas, podemos participar en la expansión del reino de Dios y ayudar a aquellos que más lo necesitan.
Al diezmar y ofrendar, nos convertimos en canales de bendición para otros. Nuestras contribuciones permiten que la iglesia pueda llevar a cabo su misión de predicar el evangelio, apoyar a los necesitados y realizar actividades para el crecimiento espiritual de sus miembros.
Además, nuestras ofrendas también pueden ayudar a financiar proyectos y programas que tienen un impacto positivo en la comunidad, como obras de caridad, programas educativos y atención a los más vulnerables.
Diezmar y ofrendar son actos de fe y generosidad que nos permiten ser parte activa del plan de Dios para bendecir a otros. Al hacerlo, estamos demostrando nuestro compromiso con Dios y con su obra en el mundo.
Preguntas frecuentes
1. ¿Por qué debo diezmar y ofrendar?
Diezmar y ofrendar es una forma de honrar a Dios y contribuir al sostenimiento de la obra de la iglesia.
2. ¿Cuál es la diferencia entre el diezmo y la ofrenda?
El diezmo es el 10% de nuestros ingresos, que se destina específicamente al sostenimiento de la iglesia. La ofrenda, en cambio, es una contribución adicional que se da de forma voluntaria y puede destinarse a diferentes propósitos.
3. ¿Existen beneficios al diezmar y ofrendar?
Sí, diezmar y ofrendar nos permite ser parte de la obra de Dios en la Tierra, y también nos brinda la oportunidad de experimentar su provisión y bendición en nuestras finanzas.
4. ¿Cómo puedo empezar a diezmar y ofrendar?
Para comenzar a diezmar y ofrendar, simplemente debes comprometerte a apartar el 10% de tus ingresos como diezmo y luego decidir cuánto deseas ofrendar de forma adicional y voluntaria. Puedes hacerlo a través de tu iglesia local o de plataformas de donación en línea.
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